Cada tres segundos es diagnosticada una persona con enfermedad de alzheimer a nivel mundial, y a pesar de que se han destinado más de 50 mil millones de dólares a la investigación sobre el origen y tratamiento de esta demencia, y que se tienen mejores recursos para controlar el deterioro cognitivo que provoca, hay problemas asociados a su abordaje. Tal es el caso del maltrato y la violencia que afecta a una de cada 6 personas que presentan estas patologías, lo que impone la necesidad de vincular programas de apoyo al cuidador de ancianos con demencia, con políticas de lucha contra el maltrato, advierten especialistas que participan en el Segundo Congreso Internacional Virtual de la Federación Mexicana de Alzheimer.

“Se espera que la violencia contra el adulto mayor aumente debido a la tendencia al incremento de la población”, afirmó el doctor Raúl Fernando Gutiérrez Herrera, presidente del Comité Científico Alzheimer Iberoamérica, quien destacó que las demencias representan un problema mayor de salud pública por la relación que hay entre dependencia y riesgo de maltrato a los ancianos por parte de sus cuidadores y familiares.

El maltrato se presenta en forma de agresión física, abandono, suministro exagerado de sedantes o negligencia en la alimentación o en el cuidado general, “lo que atenta contra la integridad del anciano totalmente dependiente o inmovilizado”, indicó el doctor Gutiérrez. La manera de detectar el maltrato es atender a las señales de falta de higiene en el adulto mayor, falta de acceso a servicios públicos básicos, gastos excesivos o muy limitados con sus recursos, en detrimento de su atención; falta de control de indicadores de salud como la glucosa en sangre, la presión arterial, la falta de acceso a equipo médico como sillas de ruedas, andadores, y por supuesto las señas de maltrato físico como golpes, moretones, quemaduras, heridas o cicatrices diversas.





Demencia, primera causa de discapacidad en adultos mayores
Los trastornos conductuales, la incomunicación; la carga de trabajo del cuidador y el no reconocimeinto del esfuerzo que implica la atención al paciente son algunos de los factores de riesgo de maltrato en demencia, pues causan gran perturbación en las familias, agregó.
Actualmente, indicó el doctor Gutiérrez, la demencia es la primera causa de discapacidad entre los adultos mayores, y la mayor contribuyente de dependencia, sobrecarga económica y estrés psicológico en el cuidador. Ante esta situación, dijo, “la primera obligación moral del profesiona de la salud dedicado a brindar asistencia al anciano con demencia debería ser la detección y el manejo de las situaciones de posible maltrato, tanto en sus aspectos clínicos como éticos”.

Alternativas de detección temprana

El panorama se agrava al considerar que 9 de cada 10 cuidadores de enfermos con demencia no tienen entrenamiento, “lo que resulta en un estrés tanto para el cuidador como para el paciente”, aseguró el Dr. Ricardo Maccioni, director científico del Centro Internacional de Biomedicina, reconocido estudioso sobre la enfermedad de alzheimer, quien encabeza investigaciones pioneras sobre la utilidad de diversos nutrientes, llamados “nutraceúticos”, para mitigar los efectos inflamatorios asociados a los trastornos neurodegenerativos, que mejoran los pronósticos respecto a los tratamiento basados en fármacos.

En su opinión, es un nuevo paradigma que ha permitido contribuir a una longevidad saludable y prevenir transtornos neurodegenerativos con base en hábitos como el ejercicio físico, evitar sustancias tóxicas, alimentación saludable con dieta antiinflamatoria basada en alimentos ricos en omega 3, minerales como el selenio, magnesio, zinc, vitaminas naturales, antioxidantes y “nutraceúticos tales como la cúrcuma, moras azules, uvas, que tienen sustancias como la malvidina y epicateninas que tienen un efecto de control del autoensamblaje de la proteína TAU y mitigan los síntomas del alzheimer”.  

Afirmó que los laboratorios farmaceúticos han hecho cuantiosas inversiones a nivel global, superior a los 50 mil millones de dólares, y se estima que esa cifra se triplicará hacia el año 2050, en busca de fármacos contra el alzheimer; sin embargo, “los resultados han sido pobres pues se han basado en modelos erróneos”, aseguró.

Hasta el momento, el descubrimiento del mal plegamiento de la proteína conocida como TAU, que ha sido considerada la “gran culpable de la enfermedad” de alzheimer, y el hecho de que la inflamación neuronal es un factor común de los trastornos neurodegenerativos, como las demencias, han sido de los hallazgos más relevantes, afirmó el Dr. Maccioni.

Indicó que para lograr un tratamiento adecuado es preciso diagnosticar la enfermedad de alzheimer en su fase preclínica, unos 10 años antes de que se manifiesten los síntomas, ya que se ha logrado desarrollar marcadores biológicos que permiten detectar variantes patogénicas de la proteína TAU. Se trata de un método innovador de diagnóstico en plaquetas, llamado Alz-Tau, no invasivo, para la detección temprana, que ya ha sido validado por la comunidad científica como otro de los hallazgos relevantes en esta materia.